Si hay algo por la que son conocidas las obras de Gaudí, aparte de la originalidad en sus diseños arquitectónicos, es por la utilización de la técnica del trencadís, como un homenaje a la naturaleza. A lo mejor por el nombre no sabes lo que es, pero seguro que sí te suenan esa especie de mosaicos de colores vibrantes muy característicos en sus proyectos. Y cómo no, el trencadís en la Sagrada Familia no puede faltar. Vamos a ver en qué consiste esta técnica y donde puedes admirarla visitando este fantástico templo.
Qué es el trencadís
El trencadís es una técnica utilizada en revestimientos de estructuras que consiste en la utilización de trozos de materiales irregulares como la cerámica, el vidrio o el mármol, unidos entre sí mediante argamasa. Puede asemejarse a un mosaico, con la diferencia que para el trencadís, los trozos deben ser fraccionados de forma aleatoria, mientras que para el mosaico las teselas estaban formadas por formas regulares.
El auténtico trencadís se realizaba sin boceto inicial previo, siendo una técnica espontánea y creativa a la vez. Dentro del modernismo catalán, donde fue un movimiento que estaba inspirado profundamente en la naturaleza, el trencadís de Gaudí destaca por la búsqueda del colorido, el vigor y el movimiento que producían sus diseños utilizando todo tipo de materiales reciclados o reutilizados para ello. Además, resultó una técnica perfecta para usarla en las formas que diseñaba, ya que predominaban las formas curvas y evitaba en todo momento la realización de alineaciones rectas.
En sus diseños, predominaba la elección de colores vistosos y alegres, capaces de aportar luz, energía y dinamismo en sus obras, combinando diferentes técnicas y materiales, con la finalidad de producir diversos efectos. Ejemplos de utilización de esta técnica, podemos encontrarlas en varias de sus obras como en la entrada de la finca Güell, en la Pedrera o en la Casa Batlló.
El trencadís en la Sagrada Familia
El trencadís en la Sagrada Familia nos lo podemos encontrar tanto en el interior como en el exterior, aunque los trozos más significativos son los que se encuentran situados en las torres.
Al objeto de poder sacar el máximo efecto visual en los campanarios, están acabados con pináculos revestidos de trencadís, hechos a base de trozos de vidrio policromado provenientes de la isla de Murano, al lado de Venecia, también conocidos como cristal veneciano.
Curiosamente, los trozos correspondientes a la fachada del Nacimiento, que ha sido la única parte del templo que construyó Gaudí, no han dado los mismos problemas de sujeción que los correspondientes a la fachada de la Pasión, construida en los años 70. Según el arquitecto actual de las obras, Jordi Bonet, tanto el conglomerante utilizado en las torres de la Pasión, como el actual para la ejecución del trencadís, tiene poca capacidad de fijación, como lo demuestran los trozos que se han caído últimamente.
El uso del trencadís en la Sagrada Familia interesaba a Gaudí por varias razones:
- Por su gran efecto óptico: El reflejo de los rayos solares sobre la cerámica le imprimía un carácter de movimiento y naturalidad, como cualquier elemento vivo que podemos encontrar en la naturaleza. Por otro lado, la viveza en sus colores ofrece alegría y más en una construcción urbana.
- Por su improvisación: Según cuentan, un día que visitó Gaudí el taller del ceramista Lluís Bru, manifestó una gran impaciencia al ver la lentitud en la colocación de las piezas. Parece ser que cogió un azulejo y rompiéndolo en el suelo, exclamó: «Se tienen que poner a puñados, o no acabaremos nunca«. Y es que una de las cosas que caracterizan a esta técnica modernista es la posibilidad de realizarla con una improvisación total, siendo un proceso espontáneo y totalmente creativo.
- Por el reciclaje: Pionero en muchas cosas, Gaudí ya manifestó su interés en la utilización de elementos reutilizados, como plasmó en el uso que le daba a materiales ya usados que encontraba por las calles o en sus paseos por la playa.
- Por su adaptabilidad: A diferencia con los mosaicos clásicos destinados al cubrimiento de superficies planas, el trencadís es válido para todo tipo de superficies por su adaptabilidad y flexibilidad. Y ya sabemos lo importante que eran las formas curvas y voluptuosas para Gaudí.
Ahora que ya sabes qué es el trencadís, seguro que lo podrás observar en varios sitios de la Sagrada Familia. Aparte de en las torres, puedes encontrarlo en las bóvedas interiores, en el ábside y en la sacristía. Y seguro que en la fachada de la Gloria, la próxima que se levantará, cuando podamos admirarla, algún trencadís podremos encontrar.
Es posible admirar el trencadís en la Sagrada Familia desde cualquier punto de Barcelona, ya que lo único que hay que hacer es alzar la vista al cielo y encontrarse con los pináculos de cualquiera de sus fantásticas torres. Otra prueba más del modernismo genial que concebía Gaudí en cuanto a los diseños que realizaba y un regalo visual al skyline de la Ciudad Condal.